La teoría de Yuval Noah Harari, dice que los humanos nos hemos convertido en la especie dominante del planeta y, la que sin duda, tiene ventajas para lograr su supervivencia por mucho tiempo, gracias a nuestra capacidad de cooperar de forma flexible, con personas que no conocemos.
Si llevamos este concepto a las constructoras, ¿no deberíamos fortalecer la colaboración entre más personas, inclusive conociendo muy poco de ellas? Personalmente estoy convenido que las tecnologías de colaboración cumplen una función de supervivencia en las empresas, que las hacen fomentar la comunicación y el trabajo en equipo.
Formatos y tecnologías de colaboración pueden vivir juntos?
En el último año he visitado decenas de proyectos inmobiliarios y constructoras, y la primer barrera para la implementación de tecnologías de colaboración en la obra es la misma: “es que nuestro Sistema de Gestión de Calidad tiene unos formatos per-establecidos, que no podemos cambiar”.
No sé si es la visión “facilista” de la persona que administra el SGC o por qué razón estos sistemas son tan rígido, pero estoy seguro que las empresas que n sean capaces de flexibilizar sus sistemas de gestión, y faciliten la implementación de nuevas tecnologías (de todo tipo), no existirán en un años.
No es culpa de la norma, sino de quien administra los sistemas
No estoy diciendo que deberíamos eliminar los programas de SGC de las empresas, creo que son muy valiosos para la estandarización y el seguimiento del desempeño de los procesos basado en indicadores, pero creo que deben los administradores de estos programas (porque no es culpa de la norma, sino de quien administra SGC en la constructora).
Yo les pregunto: ¿qué están haciendo para sus Sistemas de Gestión de Calidad sean altamente flexibles y puedan convivir con nuevas tecnologías?