¿Sabían que en el sector de construcción, más del 93% de las empresas han adquirido productos de tecnología que nunca usaron completamente? Cada vez que visito una constructora me cuentan historias de software que compraron, que parecía solucionar una problemática, pero que lastimosamente no se pudo implementar.
Siempre hay excusas, y en la mayoría de casos, es culpa de la empresa desarrolladora del software. ¡¡¡Casi que casi nunca es cierto!!!
En 1989, Goodman y Steckler, investigadores de la Universidad de Virginia, hablaron del término “institucionalización” de la innovación, para referirse a los esfuerzos que realizan las empresas para que cualquier tipo de innovación, incluyendo las tecnológicas, pueden ser aceptadas por lo colaboradores.
Imagínate que implementas tecnologías útiles, como Asana o Monday. Algunos se van a resistir, otros lo van a amar, pero una tecnología bien implementada, requiere que todas las personas la usen, y la usen bien.
En este artículo esperamos contarles cómo se puede institucionalizar una innovación tecnológica, para lograr que las constructoras compren productos de tecnología, ¡y se usen!
¿Qué tipo de personas tienes en tu equipo?
Debemos tener claro que en el mundo hay 2 tipos de personas con respecto al uso de nuevas tecnologías: los innovators (innovadores) y los laggards (rezagados). Los primeros son los que hacen la fila para comprar el último iPhone(R) por 12 horas, con tal de tener la última tecnología.
Los últimos son los que creen que la tecnología es mala porque reemplaza a las personas, y que además cree que es más seguro el papel que la nube.
Si en la constructora abundan los primeros, lo más importante es involucrarlos en nuevos proyectos de innovación. Estas personas normalmente quieren participar, y están dispuestos a sacrificar un poco de tiempo para ser los primeros en usar una nueva tecnología; estas innovators, deben convertirse en embajadores para otros.
Si en la constructora abundan los segundos, debes crear espacios de discusión. La mejor forma de convencer a un laggard, es que ellos escuchen de otras personas las experiencias que han tenido con nuevas tecnologías.
Dejar que personas similares a ellos cuenten su experiencia, cómo ha mejorado el trabajo y cómo son más eficientes, ayudan a que puedan adoptar una nueva tecnología.
Tecnologías como parte del proceso
Las tecnologías usualmente se han visto como un apoyo a los procesos de obra y administrativos. Pero las tecnologías deberían ser consideradas como elementos y herramientas clave para la gestión de los procesos.
Muchas empresas comenten el error de estandarizar y documentar sus procesos alejados de las tecnologías, cuando deberíamos diseñar todos los procedimientos en función de las tecnologías disponibles en la empresa.
Cuando nuevas personas entran a la empresa, deben entender que la tecnología hace parte cotidiana de los procesos, que los procedimientos involucran tecnologías, y que sin ellas, la organización no funciona adecuadamente.
Tecnologías como parte del equipo de colaboradores
Finalmente, otro de los aspectos a tener en cuenta, es que los manuales de funciones de las personas deben tener claro con qué tecnologías se relaciona la persona.
Hace poco leí un artículo de Nadjia Yousif, experta mundial en implementación de nuevas tecnologías, que decía que en los organigramas deberían estar las tecnologías, no solo las personas. De esta forma podemos saber cómo una tecnología se relaciona con una persona, y qué nivel de dependencia hay entre ellos
Es normal que no podamos implementar nuevas tecnologías en la empresa, porque estamos más preocupados por saber cómo funcionan, que preparar el equipo de colaboradores para que las implementen. Si quieren ser empresas más tecnológicas, deben lograr que la tecnología sea algo cotidiano y fácil para las personas